El Silbo Gomero: La Identidad de una isla reconocida como Patrimonio de la Humanidad
Queridos amigos:
El pasado día 30 de septiembre de 2009, el Comité de Patrimonio mundial de la UNESCO, reunido en Abu Dhabi (Emiratos Árabes), ha incluido a nuestro amado Silbo Gomero en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, o para decirlo de un modo más breve, lo ha declarado Patrimonio de la Humanidad. En su declaración, el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial señala que “se trata de un medio de comunicación casi único en el mundo, que ha subsistido gracias a su utilidad en un entorno que obligaba a cubrir grandes distancias para cualquier actividad humana. Su pervivencia en la actualidad se ha hecho efectiva gracias a que se imparte en la educación tanto Primaria como Secundaria de la isla de La Gomera”.
Como escribí en su momento, “el Silbo Gomero responde a ese grupo de tradiciones que, por su propio origen y por su desarrollo, representan algunas de las mejores cualidades de los seres humanos y de nuestra organización social”. La UNESCO valora un elemento de la cultura inmaterial de un pueblo sólo cuando dicho bien se inserta en comunidades que lo reconocen como parte integrante de su patrimonio. Por tanto, al reconocer el Silbo Gomero como Patrimonio de la Humanidad se enaltece también, implícitamente, el mérito de los hombres y mujeres de La Gomera en el cuidado y conservación de su cultura.
¡Qué alegría inmensa para los gomeros, los canarios! Desde todas las latitudes, nos han llamado o comunicado por email celebrando el triunfo los canarios emigrados y sus descendientes, que también lo han vivido como nosotros.
Que el Silbo Gomero era un bien cultural único y valiosísimo, ya lo sabíamos todos, principalmente aquellos que desde hacía muchos años trabajábamos para su supervivencia y revalorización, así como para que alcanzara el reconocimiento que ahora acaba de obtener. En lo que a mí respecta, me siento profundamente satisfecho de lo que aporté como Director General de Patrimonio Histórico y Viceconsejero de Emigración y Cooperación del Gobierno de Canarias. Desde estos cargos tuve ocasión de poner en práctica lo que desde mi juventud ha sido una constante: “Por lo que quieras, lucha y sé paciente”. En este caso, se trataba de que La Gomera aprovechase al máximo su potencial como isla única, depositaria de elementos naturales, culturales y etnográficos excepcionales, entre ellos, el silbo. Una de mis tareas más gratas ha sido gestionar asertivamente ante el Consejo de Patrimonio Histórico los expedientes que han servido para defender con éxito ante la UNESCO las candidaturas canarias del Parque Nacional del Teide y el Silbo Gomero, asuntos en los que muchas personas hemos trabajado con ahínco e ilusión.
En lo que se refiere concretamente al lenguaje silbado de La Gomera, decidí ser proactivo y elaborar la propuesta para tramitar, conjuntamente con el Ministerio de Cultura, el expediente del Silbo Gomero ante la UNESCO. Durante los años 2003 al 2007 diseñamos y dirigí un plan de triunfo para el Silbo Gomero, un proyecto comunitario dotado de un enfoque integrador e innovador, metodológicamente bien articulado, acreditado científicamente, discursivamente bien argumentado, adecuado jurídicamente a las exigencias de la UNESCO y moralmente justificado y bien defendido.
Si de algo me siento muy orgulloso es de haber tenido la audacia de articular un equipo multidisciplinario de lingüistas, historiadores, filósofos, antropólogos, artistas, escultores, fotógrafos, cineastas, escritores, músicos y compositores, periodistas y comunicadores sociales que entendieron a la perfección el espíritu del Silbo Gomero y fueron capaces de representarlo y darlo a conocer cada uno en su ámbito creativo. Del mismo modo, y partiendo del principio que siempre he defendido de que lo local es lo más universal cuando se trata debidamente, conseguí implicar en el proyecto al Consejo Canario de Patrimonio Histórico, al Consejo de Patrimonio Histórico del Estado, a los seis Ayuntamientos de la isla, al Cabildo Insular, al Gobierno Autónomo, al Gobierno del Estado, a la Unión Europea, a la UNESCO, a las Universidades de La Laguna y de Las Palmas de Gran Canaria, al Museo Arqueológico Nacional, a las Entidades Canarias en el Exterior, a la Academia Canaria de la Lengua, ICOMOS, y tantas otras instituciones públicas y privadas que han trabajado a favor del lenguaje silbado de La Gomera.
Llegar a este momento ha supuesto un gran esfuerzo. Quizá el éxito no se hubiese logrado si, durante estos años, no hubiésemos transformado la percepción que se tenía del Silbo Gomero como un elemento poco más que folclórico, hasta la que existe ahora: un símbolo vivo de la cultura canaria y de la diversidad cultural de todo el planeta. Este cambio ha sido posible gracias a la labor de científicos y estudiosos; pero también se debe a los dos Congresos Internacionales sobre Silbo Gomero y Lenguajes Silbados, únicos en su género en el mundo, que organicé en La Gomera, y a las numerosas conferencias, exhibiciones, publicaciones, carpetas didácticas, páginas web, productos multimedia, conciertos, películas (cortos y largometrajes) y exposiciones que he auspiciado o patrocinado desde mis diferentes cargos de gestión, con las cuales el Silbo Gomero ha sido dado a conocer en Europa, África y América. Visibilizar algo es darle vida, y ésa exactamente ha sido mi meta respecto al tema.
Me siento muy feliz y quiero compartir mi alegría con todos los gomeros y canarios, en cualquiera que sea el lugar del mundo en que se encuentren. Esta felicidad no sería completa si no manifestase mi agradecimiento a los maestros silbadores y la Federación Insular de AAMMPPAA Garajonay que han hecho y hacen posible su supervivencia generacional, y a todos los silbadores gomeros anónimos que desde siempre, con amor y constancia, han guardado para nosotros este tesoro, ejemplo de la creatividad humana y de la superación de las dificultades del entorno físico. En lo que a mi trabajo se refiere, he de agradecer a los presidentes Román Rodríguez, Adán Martín y Paulino Rivero, en cuyas administraciones he tenido diferentes cargos de responsabilidad durante los años 2001 al 2009, la confianza y el apoyo que siempre concedieron a mi gestión y negociación de la candidatura del Silbo Gomero a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Entre 1999 y 2003 y en 2007 he sido Consejero Electo del Cabildo de La Gomera y debo señalar también la colaboración eficaz y legítima del Presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, con quien he desarrollado una labor intensa, coordinada y conjunta desde la tramitación del expediente del Silbo Gomero hasta su proclamación por la UNESCO.
Entre todos –personas e instituciones- hemos conseguido que el Silbo Gomero, que durante mucho tiempo representó lo más humilde, ahora tenga el mismo nivel de reconocimiento que las Pirámides de Egipto. Hoy más que nunca, La Gomera es una isla emergente con dos bienes Patrimonio de la Humanidad, El Parque Nacional de Garajonay y, a partir de ahora, el Silbo Gomero, algo único en un territorio tan reducido como nuestra isla.
Durante todos mis años de trabajo en el sector público, he compartido esfuerzo, entusiasmo y fe con personas que creyeron en mí y en mi certeza de que el Silbo Gomero podía convertirse en Patrimonio de la Humanidad. A todas ellas, y a todos los amigos del Silbo Gomero en tantos lugares del mundo, gracias por su apoyo continuado y por el afecto que siempre me han mostrado. Mi abrazo más sincero para cuantos confían en mi capacidad como gestor y representante de los intereses de La Gomera y de Canarias. Espero y deseo poder seguir participando a su lado en un nuevo proyecto de avance para nuestra tierra.
Felicidades a todos los gomeros, a todos los canarios y a todos los ciudadanos del mundo, que hoy tienen un nuevo patrimonio cultural debidamente reconocido y protegido.
Moisés Plasencia Martín
Autor del libro El silbo gomero identidad de una isla
El pasado día 30 de septiembre de 2009, el Comité de Patrimonio mundial de la UNESCO, reunido en Abu Dhabi (Emiratos Árabes), ha incluido a nuestro amado Silbo Gomero en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, o para decirlo de un modo más breve, lo ha declarado Patrimonio de la Humanidad. En su declaración, el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial señala que “se trata de un medio de comunicación casi único en el mundo, que ha subsistido gracias a su utilidad en un entorno que obligaba a cubrir grandes distancias para cualquier actividad humana. Su pervivencia en la actualidad se ha hecho efectiva gracias a que se imparte en la educación tanto Primaria como Secundaria de la isla de La Gomera”.
Como escribí en su momento, “el Silbo Gomero responde a ese grupo de tradiciones que, por su propio origen y por su desarrollo, representan algunas de las mejores cualidades de los seres humanos y de nuestra organización social”. La UNESCO valora un elemento de la cultura inmaterial de un pueblo sólo cuando dicho bien se inserta en comunidades que lo reconocen como parte integrante de su patrimonio. Por tanto, al reconocer el Silbo Gomero como Patrimonio de la Humanidad se enaltece también, implícitamente, el mérito de los hombres y mujeres de La Gomera en el cuidado y conservación de su cultura.
¡Qué alegría inmensa para los gomeros, los canarios! Desde todas las latitudes, nos han llamado o comunicado por email celebrando el triunfo los canarios emigrados y sus descendientes, que también lo han vivido como nosotros.
Que el Silbo Gomero era un bien cultural único y valiosísimo, ya lo sabíamos todos, principalmente aquellos que desde hacía muchos años trabajábamos para su supervivencia y revalorización, así como para que alcanzara el reconocimiento que ahora acaba de obtener. En lo que a mí respecta, me siento profundamente satisfecho de lo que aporté como Director General de Patrimonio Histórico y Viceconsejero de Emigración y Cooperación del Gobierno de Canarias. Desde estos cargos tuve ocasión de poner en práctica lo que desde mi juventud ha sido una constante: “Por lo que quieras, lucha y sé paciente”. En este caso, se trataba de que La Gomera aprovechase al máximo su potencial como isla única, depositaria de elementos naturales, culturales y etnográficos excepcionales, entre ellos, el silbo. Una de mis tareas más gratas ha sido gestionar asertivamente ante el Consejo de Patrimonio Histórico los expedientes que han servido para defender con éxito ante la UNESCO las candidaturas canarias del Parque Nacional del Teide y el Silbo Gomero, asuntos en los que muchas personas hemos trabajado con ahínco e ilusión.
En lo que se refiere concretamente al lenguaje silbado de La Gomera, decidí ser proactivo y elaborar la propuesta para tramitar, conjuntamente con el Ministerio de Cultura, el expediente del Silbo Gomero ante la UNESCO. Durante los años 2003 al 2007 diseñamos y dirigí un plan de triunfo para el Silbo Gomero, un proyecto comunitario dotado de un enfoque integrador e innovador, metodológicamente bien articulado, acreditado científicamente, discursivamente bien argumentado, adecuado jurídicamente a las exigencias de la UNESCO y moralmente justificado y bien defendido.
Si de algo me siento muy orgulloso es de haber tenido la audacia de articular un equipo multidisciplinario de lingüistas, historiadores, filósofos, antropólogos, artistas, escultores, fotógrafos, cineastas, escritores, músicos y compositores, periodistas y comunicadores sociales que entendieron a la perfección el espíritu del Silbo Gomero y fueron capaces de representarlo y darlo a conocer cada uno en su ámbito creativo. Del mismo modo, y partiendo del principio que siempre he defendido de que lo local es lo más universal cuando se trata debidamente, conseguí implicar en el proyecto al Consejo Canario de Patrimonio Histórico, al Consejo de Patrimonio Histórico del Estado, a los seis Ayuntamientos de la isla, al Cabildo Insular, al Gobierno Autónomo, al Gobierno del Estado, a la Unión Europea, a la UNESCO, a las Universidades de La Laguna y de Las Palmas de Gran Canaria, al Museo Arqueológico Nacional, a las Entidades Canarias en el Exterior, a la Academia Canaria de la Lengua, ICOMOS, y tantas otras instituciones públicas y privadas que han trabajado a favor del lenguaje silbado de La Gomera.
Llegar a este momento ha supuesto un gran esfuerzo. Quizá el éxito no se hubiese logrado si, durante estos años, no hubiésemos transformado la percepción que se tenía del Silbo Gomero como un elemento poco más que folclórico, hasta la que existe ahora: un símbolo vivo de la cultura canaria y de la diversidad cultural de todo el planeta. Este cambio ha sido posible gracias a la labor de científicos y estudiosos; pero también se debe a los dos Congresos Internacionales sobre Silbo Gomero y Lenguajes Silbados, únicos en su género en el mundo, que organicé en La Gomera, y a las numerosas conferencias, exhibiciones, publicaciones, carpetas didácticas, páginas web, productos multimedia, conciertos, películas (cortos y largometrajes) y exposiciones que he auspiciado o patrocinado desde mis diferentes cargos de gestión, con las cuales el Silbo Gomero ha sido dado a conocer en Europa, África y América. Visibilizar algo es darle vida, y ésa exactamente ha sido mi meta respecto al tema.
Me siento muy feliz y quiero compartir mi alegría con todos los gomeros y canarios, en cualquiera que sea el lugar del mundo en que se encuentren. Esta felicidad no sería completa si no manifestase mi agradecimiento a los maestros silbadores y la Federación Insular de AAMMPPAA Garajonay que han hecho y hacen posible su supervivencia generacional, y a todos los silbadores gomeros anónimos que desde siempre, con amor y constancia, han guardado para nosotros este tesoro, ejemplo de la creatividad humana y de la superación de las dificultades del entorno físico. En lo que a mi trabajo se refiere, he de agradecer a los presidentes Román Rodríguez, Adán Martín y Paulino Rivero, en cuyas administraciones he tenido diferentes cargos de responsabilidad durante los años 2001 al 2009, la confianza y el apoyo que siempre concedieron a mi gestión y negociación de la candidatura del Silbo Gomero a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Entre 1999 y 2003 y en 2007 he sido Consejero Electo del Cabildo de La Gomera y debo señalar también la colaboración eficaz y legítima del Presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, con quien he desarrollado una labor intensa, coordinada y conjunta desde la tramitación del expediente del Silbo Gomero hasta su proclamación por la UNESCO.
Entre todos –personas e instituciones- hemos conseguido que el Silbo Gomero, que durante mucho tiempo representó lo más humilde, ahora tenga el mismo nivel de reconocimiento que las Pirámides de Egipto. Hoy más que nunca, La Gomera es una isla emergente con dos bienes Patrimonio de la Humanidad, El Parque Nacional de Garajonay y, a partir de ahora, el Silbo Gomero, algo único en un territorio tan reducido como nuestra isla.
Durante todos mis años de trabajo en el sector público, he compartido esfuerzo, entusiasmo y fe con personas que creyeron en mí y en mi certeza de que el Silbo Gomero podía convertirse en Patrimonio de la Humanidad. A todas ellas, y a todos los amigos del Silbo Gomero en tantos lugares del mundo, gracias por su apoyo continuado y por el afecto que siempre me han mostrado. Mi abrazo más sincero para cuantos confían en mi capacidad como gestor y representante de los intereses de La Gomera y de Canarias. Espero y deseo poder seguir participando a su lado en un nuevo proyecto de avance para nuestra tierra.
Felicidades a todos los gomeros, a todos los canarios y a todos los ciudadanos del mundo, que hoy tienen un nuevo patrimonio cultural debidamente reconocido y protegido.
Moisés Plasencia Martín
Autor del libro El silbo gomero identidad de una isla